Biografia

Juan Mario De La Espriella Salcedo

      

“Juancho”, como lo llaman por cariño, nació el 26 de febrero de 1973 en Sincelejo, Sucre; es hijo de Rosario Salcedo y Carlos De La Espriella (Q.E.P.D.), de quien heredó en gran parte su gusto por la música vallenata.

Desde muy pequeño su inclinación por el acordeón fue evidente: a los 3 años cambió los carritos de juguete y los superhéroes por un instrumento de éstos. Sin embargo, su afición formal por el acordeón empezó a los 13 años, cuando comenzó a practicar largas horas encerrado en su cuarto, soñando ser reconocido algún día como uno de los mejores.

El tiempo transcurrió y Juan Mario se fue perfilando como un fiel seguidor de la escuela de Gonzalo Arturo “El Cocha” Molina; esto se evidenciaba cuando Juancho tocaba parrandas y serenatas: la influencia de este gran acordeonero era visible en las notas de su acordeón.

A principios de los años 90 y después de esperar durante mucho tiempo una oportunidad para mostrar su talento, Juancho se encuentra con Miguel Cabrera, con quien realizó su primer trabajo musical llamado “Pedacito de mi vida”; con el cantante grabó dos discos más, en los que Juancho logró mostrar el potencial que tenía en sus venas.

Luego de adquirir cierta madurez musical, a finales de la década de los 90, Juan Mario hace pareja con Peter Manjarrés. Con él realizó cuatro producciones musicales, de las cuales se desprendieron grandes éxitos como “Tu negro te quiere”, “Es mejor no querer tanto”, “La callejera”, “Paseo en concordia” y “Llegó el momento”, entre muchos otros.

En el 2002 Juancho inicia un nuevo periodo en su vida musical: se encuentra con Silvestre Dangond, su actual compañero de fórmula, con quien ha obtenido innumerables triunfos y reconocimientos. Ellos han grabado cinco discos, el último de ellos llamado “El original”, nombre que describe muy bien a esta pareja de artistas.

Sin embargo, la carrera de Juancho no para aquí; hay un evento muy importante que marcó gran parte de su madurez musical: la grabación en el 2003 de “Pidiendo vía” con Diomedes Díaz el “Cacique de la Junta”; este disco fue un éxito total y dio a conocer aún más el talento de este joven artista, que para entonces, ya recibía los mejores comentarios de la crítica vallenata.

Incluso, en el 2006, Juancho grabó en Fiesta Vallenata con Beto Zabaleta y Jorge Celedón.

Para Juancho todas las cosas buenas que han pasado en su vida se deben a Dios y a su grandeza. Por eso todos los días da gracias por el buen momento que está pasando; sin embargo le pide a Dios que si éste llega a acabar, su amor por la música vallenata nunca desvanezca, porque hace parte de su esencia como músico y como persona.

Ejemplo de Superación

El exitoso acordeonero de Silvestre Dangond superó este vicio que lo persiguió por 10 años. Cuando cumplió 13 años de edad, el acordeonero Juan Mario o 'Juancho' de la Espriella, como se le conoce, recibió de regalo por parte de su papá un acordeón. La primera observación que le hizo fue que estudiara porque la música debía ser solamente un hobbie.

El joven no le hizo mucho caso y en su natal Sincelejo comenzó a dar parrandas igualitas a las que su mismo padre, un rumbero "empedernido", se gozaba, con canciones de los Zuleta y de Alejo Durán.

Aunque se graduó de bachiller, el estudio quedó relegado a un segundo plano y por presión de sus padres, que le pedían que estudiara "algo serio", se matriculó en periodismo, pero sólo duró tres semanas. La música lo llamaba y además ya se sentía un hombre independiente. Sobre todo tras la muerte de su papá, que ocurrió para la época de su graduación del colegio, cuando se había acostumbrado a tener su propio dinero. "Para mí lo importante era tocar", dice.

A los 14 años, ya radicado con su familia en Bogotá, convenció a su hermano mayor para que lo llevara a Corferias a conocer a su gran ídolo: el 'Cocha' Molina. Hoy, tras tanta perseguidora, el famoso juglar le dice 'hijo' y de la Espriella le dice 'papá'.

Reafirmó que esa vida dedicada al acordeón era lo que quería para su futuro y tras abandonar el periodismo empezó a vivir su época de gloria, pero también de drogadicción.

Diez años en la droga

Su salida del anonimato resultó bastante dura. Desde los 17 hasta los 27 años su modo de vida no fue más que "de trago, droga y mujeres. Vagabundeé fuertemente, el medio era pesado y fueron años difíciles", recuerda.

Sus parrandas eran de casi todos los fines de semana.Comenzaban los jueves y terminaban cuando ya el cuerpo no le aguantaba más. Tocaba de aquí para allá y la cocaína se convirtió en su gran aliada para sentirse activo. "Me contagié de todo y tomaba lo que fuera", explica.

No le importaba incumplir presentaciones, que para ese entonces ya eran muchas. Tocó con Miguel Osorio, Miguel Cabrera y Peter Manjarrés. Con Cabrera grabó su primer CD y terminó con tres.

Luego se topó en el camino con Peter y el panorama se le hizo más comercial. Con él hizo cuatro discos, pero tuvieron algunos inconvenientes y se separaron. Llegó entonces Silvestre Dangond.A la par, Juancho conoció el amor que le cambió la vida: Dolly, quien hoy es la mamá de su hijo Salvatore, de dos años, y de Manuela, que nacerá en mayo, fue la base para su transformación.

Además, un encuentro con Dios le hizo tomar otro camino en su vida. "Ella me puso un ultimátum y yo le prometí dejar el alcohol para poder abandonar la droga, y aunque eso no eran más que promesas, ella empezó a estar tanto a tiempo a mi lado que empecé a dejar ese camino. Me di cuenta que dejando de beber sí se me solucionaba el tema de la droga. Mi vida se transformó", explica el acordeonista.

Y aunque admite que en ese camino hubo crisis y bastantes recaídas, hace cuatro años que se declara libre de la droga."Dios llegó a mi vida y encontré otro camino. Empecé a darme cuenta de cosas que no lograba hacer si estaba ahí y mi vida empezó a recibir bendiciones. Conocí a Silvestre, grabé 'Pidiendo vía' con Diomedes Díaz y el éxito comenzó a sonreír", añade.

Con Dangond lleva ocho años de unión y asegura que al igual que en un matrimonio, la tolerancia y el respeto mutuo ha hecho que superen los impases. "Hemos sido conscientes de que tenemos una sociedad bendecida.No podemos darnos el lujo, ya sea por un problema personal o por cualquier otra cosa, de romper algo que está dando tantos frutos", asegura.

Ahora está descansando, pero en pocos días partirá hacia Miami a cumplir dos presentaciones, luego estará en el Carnaval de Barranquilla y posteriormente se dedicará con Dangond a grabar lo que será su próximo álbum.

10 años en ese ritmo: Las parrandas le duraban hasta cuatro días seguidos. No le importaba fallar a las presentaciones que tuviera al otro día.

Familia: Su esposa Dolly fue clave en su proceso de recuperación. Aquí con Salvatore.

Por: Luz A. Velasco